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viernes, 25 de enero de 2013

Días tontos

Todo el mundo, absolutamente todo el mundo sin excepción tiene días tontos ¿o no?
Cuando es nuestro día tonto, no pasa nada, estamos enfadados con el mundo y nos da igual lo que pase alrededor, sabemos que tenemos razón, somos, por así decirlo marionetas del orgullo, en otras palabras, nos convertimos en gilipollas. ¿Por qué pasa esto? Nadie lo sabe.
Quizá alguna de esas prestigiosas y famosísimas universidades debería hacer un elaborado estudio sobre el por qué de los días tontos. Quizá en vez de estudiar si las pulgas de los perros saltan más o menos que las de los gatos o por qué los pájaros carpinteros no sufren dolores de cabeza (son estudios verídicos) deberían centrarse en estudiar esto.
Hoy es mi día tonto, así que ni lo intento.

jueves, 29 de noviembre de 2012




    Piensas que no eres un romántico, que la vida te ha dado muchos palos y has aprendido a sobrevivir siendo duro, dejando que la vida pase de largo mientras te empeñas en ignorarla.

    Y entonces una mañana te despiertas y te das cuenta de lo mucho que extrañas su sonrisa, su voz, su olor. Ese aroma de piel sudada y perfume que te embriaga cuando está cerca, que permanece en su almohada aunque ya no esté en ella. Y te das cuenta del engaño, descubres que es demasiado tarde para alejarte de un fuego que te quema, pero no importa.

    Podría ser cualquiera, pero es esa persona, esa y no otra, la que te desvela, su mirada, su inocencia, su personalidad, y te das cuenta de que no puedes vivir sin ella, da igual cómo, da igual dónde, pero con ella. 

lunes, 12 de noviembre de 2012

¿Y si un vampiro mordiera a un zombie?

Ésta es la pregunta planteada por una amiga mía, y que he intentado responder en mi mente...
Un vampiro es un ser "inmortal" que bebe sangre (preferiblemente humana) y con super-fuerza, aversión a la luz solar y, según las pelis, generalmente bien parecidos y una forma de muertos vivientes.
Un zombie es un ser "inmortal" que come carne (preferiblemente humana) y con super-fuerza, indiferencia a la luz solar y, según las pelis, físicamente desagradables putrefactos y a cachos, y por supuesto, una forma de muertos vivientes.

Si un vampiro te muerde y no te seca, te conviertes en vampiro, si un zombie te muerde y no te come entero,  te conviertes en zombie.

Los vampiros se regeneran, los zombies se pudren.
Hasta aquí todo aclarado.

Entonces, si un vampiro mordiera a un zombie... ¿Tendríamos un vampiro zombie y un zombie vampiro? ¿En qué derivaría eso? Quiero decir, ¿dos nuevas razas de criaturas devora-humanos? ¿En qué cambiaría un vampiro convertido en zombie? Quizá sería resistente a la luz solar como los zombies, y caminaría como en el videoclip de thiller. ¿Y un zombie convertido en vampiro? ¿Se regeneraría? ¿Sería resistente a las balas?

Pero claro, eso si en la transformación se quedan con lo guay del otro, pero ¿y si no? ¿Y si el vampiro zombie se vuelve medio lelo?, ¿y si se le caen cachos y no se regenera? Sería como una cosa paliducha y vieja con mirada perdida y cachos colgando dando vueltas sin sentido. ¿Y el zombie vampiro? ¿Le afectará el sol?¿Huirá del ajo?

Si tomamos como referencia las últimas pelis que se han hecho... Si un vampiro muerde a un zombie... ¿Se convertirá el zombie en una masa de carne putrefacta que brilla con purpurina si le da el sol? ¿Se podrán combatir con desmaquillante en las horas del día? Y si mezclan mucho y las cosas salen al revés... ¿Habrá que temer a los zombies de noche y a los vampiros de día?

Es una pregunta demasiado compleja para poder respondida a la ligera. Necesita seria meditación y consideración, puede que algún día halle la respuesta y te conteste, amiga. Hoy desde luego, no.

** Nota del 13/11/2012: No discutáis sobre esto con personas de nivel friki superior, os darán razones (con lógica meditada) de por qué no pueden pasar ciertas cosas. Y dejan tu lógica no meditada aplastada, no mola. Discutid con gente con un nivel similar de frikismo, es más diver.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Lunes

Lunes.
Todo (o casi todo) el mundo les tiene manía a los lunes. Yo también.
¿Por qué? 
Bueno, yo no sé por qué la gente odia los lunes, puede que sea porque precede al martes, pero yo creo que es más bien porque sigue al domingo. Porque es inicio de la semana laboral, la vuelta a la rutina, al coge el teléfono, sonríe y sella. 
Tal vez sea mi afición a cierto gato naranja perezoso y gordo amante de la lasaña cuyo odio a los lunes es legendario, quizá se me haya pegado porque estoy segura de que las manías se contagian.Quizá no, no lo sé ¿a quién le importa?
Lunes. Así en principio y de vacaciones, no se me antoja un día especialmente malo. Es más, me parece un día genial, los lunes de vacaciones son incluso mejores que los sábados, creedme. ¿Por qué? Te levantas tarde, es lunes y el despertador no ha sonado, ya solo por eso amaneces sonriendo.Se ha acabado el finde, pero para ti no. Miras por la ventana y tu parte mala, tu diablillo, se regodea observando a los pobres infelices que van a trabajar, en lunes.
Hoy es lunes y aquí estoy, en un rato muerto en el trabajo, no debería quejarme, supongo. Pero sólo puedo pensar una cosa: un poco más y será martes, un día menos para el finde.

lunes, 8 de octubre de 2012

Principio y fin

Todo empieza y se acaba. A veces tenemos miedo al cambio, a perder la rutina, la costumbre, a arrepentirnos, a perder algo. Pero a veces la pérdida no es tal, a veces es sólo un cambio, a veces las cosas las elige el destino, y a veces parece que el destino está escrito en las estrellas. 

Pero ¿quién sabe qué pasará mañana?

Sería fantástico tener una bola de cristal que nos dijera qué va a pasar, pero eso destruiría, en parte, la magia ¿no? Sin embargo cuando uno se enfrenta a una decisión trascendental... ¿quién piensa en la magia?

Los cambios no siempre son malos, al fin y al cabo, un cambio no es más que un nuevo comienzo y sin embargo muchas veces es precisamente ese algo nuevo lo que nos da miedo, ese "y si" que no nos deja dormir, que nos atormenta. 

Como decía Bruce Lee en aquella famosa entrevista "be water my friend". Quizás sea mejor dejar que fluya, lo que tenga que ser, tarde o temprano, será.

martes, 2 de octubre de 2012

Lágrimas secas

Desde por la mañana y sin saber por qué me desperté triste. Ni siquiera las luces anaranjadas y violáceas del amanecer consiguieron arrancarme una sonrisa. De repente era lunes y volvía a la rutina, no me desagrada especialmente mi rutina, pero este lunes se presentaba especialmente difícil.
Un millón de pensamientos inconexos amenazaban con colapsar mi cerebro y mis ojos se empañaban cada rato sin desbordar ni una sola gota.
Un día estúpido, lleno de lágrimas secas, que desfiló ante mí como si yo fuera un simple espejo, parte de un mundo ajeno al mundo que veía en mi mente en ese momento.


martes, 25 de septiembre de 2012

Llueve

El cielo está gris, parece que hace horas que oscureció y son sólo las cinco de la tarde.

La lluvia furiosa cae frenética contra todo lo que encuentra en su camino, precipitándose desde los densos nubarrones y humedeciéndolo todo.

Llueve y me gustaría estar bajo la lluvia, cantando, riendo y saltando charcos, como si tuviera de nuevo cinco años. Luego llegar a casa y disfrutar de unas horas de sofá y mantita acurrucada junto al felino recuperando el calor. Observando la lluvia a través del cristal salpicado, mientras disfruto de la calma de mi hogar.

Pero no tengo cinco años y no puedo salir a jugar y el cielo está enladrillado, ¿Quién lo desenladrillará?

viernes, 31 de agosto de 2012

Soñé tu sueño


Allí estaba yo, en medio de nada. Arrullada por las olas y la brisa marina, mirando a las estrellas. Debía ser más de media noche y el calor estival acariciaba mi piel desnuda sobre la cubierta del velero. Hacía días que no veía a nadie, tampoco me importaba. La atmósfera que me envolvía era mágica, sentía el olor del agua. El salitre adornaba mi cuerpo que brillaba tenuemente en la luz de la noche. La madera estaba caliente debajo de mí y mis manos revoltosas jugaban a alterar mi ser.

De repente una melodía interrumpió mi calma. Me incorporé sobresaltada y descubrí una pequeña cala, aislada de todo con gente bailando y riendo junto a un fuego. En otro momento quizás les hubiera odiado, pero algo en mi interior se sentía arrastrado hacia aquella playa.

Acerqué mi barquito a la orilla oscura de la playa, desde donde no pudieran verme. Cubrí mi cuerpo con un pareo blanco y me dispuse a bajar. Al saltar a la arena la noté húmeda y fría, enredándose entre mis dedos. Sentía cómo me decía: “Ven”.

Me acerqué lentamente a la zona de la hoguera, el olor a madera quemada y humo de inciensos y hierbas era cada vez más intenso, más embriagador, pero cuando llegué a ella, no había nadie. Me dejé caer sobre uno de los troncos que había frente al fuego, en parte abatida, en parte contenta. El sonido y el calor del fuego combinado el frescor de la brisa y el sonido del mar eran hechizantes, me relajaban de una manera extrema y a la vez hacían arder una sensación poco inocente en mis venas.

Decidí levantarme y darme un baño en las tranquilas aguas. El agua estaba fría, tonificante. Recorría todos mis recovecos regalándome su frescor. Sentí entonces una presencia a mi lado, me giré, era un hombre. Nos miramos unos instantes sin decirnos nada y decidí salir del agua, él se quedó.

Me tumbé junto a la hoguera, miré mi cuerpo, estaba chorreando, el pareo blanco era casi una segunda piel transparente que dejaba ver todo mi ser a la luz del fuego. Miré hacia el mar, y allí estaba él, caminando hacia la orilla con un fondo de estrellas.

Sabía que debía irme, pero algo me obligaba a quedarme, no podía apartar la vista de él, se acercó lentamente al fuego y se detuvo junto a él, mirándome, igual que yo no podía apartar los ojos de los suyos. A la luz de las llamas se veía hermoso, grande y fuerte.

Ruborizada, aparté la vista. Él siguió mirándome, podía sentir la fuerza de su mirada atravesándome. Estaba excitada. Una parte de mí quería irse, sabía que no debía estar allí, que no podía ser, pero el deseo era más y más fuerte cada vez.

Él se aproximó y se tumbó junto a mí, obligándome a mirarle. Apoyo su mano en mi cintura delicadamente y permaneció inmóvil, embrujándome. Necesitaba tocarle, parecía tan perfecto, tan irreal. Estiré la mano hasta llegar a su cuerpo. Su piel era tersa y suave. Miré mi propia mano jugueteando con el pelo de su pecho, parecía una mano ajena. Levanté la vista hasta encontrarme con sus profundos ojos. Él seguía inmóvil, sin apartar su mirada de mí, reí nerviosa y él se mordió el labio inferior. Me fijé por primera vez en sus labios, deseaba besarlos pero no me moví.

Su sola presencia me alteraba, me hacía sentir frágil y vulnerable, me daba vergüenza. Me sentía como una chiquilla tonta en un juego de mayores, pero mi cuerpo sentía unas pasiones muy adultas. Unas lágrimas sin sentido brotaron de mis ojos y él apartó su mano de mi cintura y acarició mis mejillas secándolas. Deseaba abalanzarme sobre él, poseerle, hacerle mío y en vez de eso le abracé. Él me envolvió con sus brazos y me apretó con fuerza contra su pecho.

Era una sensación extremadamente placentera, podía sentir su olor, su calor, su protección. Deseaba que el mundo se detuviera para siempre en aquel instante. Deseaba quedarme eternamente entre sus brazos.

La hoguera comenzó a chisporrotear, un humo gris y dulzón empezó a inundarlo todo. Todo desapareció tras la densa cortina de humo y un sonido agudo y estridente se entremezcló con el sonido del mar y el fuego. Ya no podía verle, pero aún podía sentir su calidez, su presencia. Intenté aferrarme a él con todas mis fuerzas pero el humo era cada vez más molesto y el martilleante sonido más intenso. Cerré los ojos y al abrirlos no había nada.

Estaba sola, tendida en mi cama con la alarma del móvil indicándome que era la hora. Volví a cerrar los ojos en un intento vano de hacerle regresar, de traer de vuelta a mi barco, a mi hombre y a mi playa; pero la luz del día ya se colaba entre las rendijas de la persiana creando una nueva magia. Me quedé varios minutos intentando asimilar que solo había sido un sueño, una dulce fantasía, aún podía sentirlo todo, tan real, tan fantástico.

Creo que esta noche olvidaré poner la alarma.

martes, 21 de agosto de 2012

La trama se complica



Nada es nunca tan fácil como debería ser, o como desearíamos que fuera, como en una película de serie B, cuando parece que el clímax va llegar al desenlace, se produce un nuevo giro narrativo, una nueva vuelta de tuerca en la historia y la trama se complica.
Si fuera una película sería menos difícil y más entretenida, el problema viene cuando se trata de tu propia vida, de las decisiones que harán que tu destino sea de una manera o de otra diametralmente opuesta.

¿Qué es lo correcto?

Es una pregunta demasiado ambigua como para poder ser respondida a la ligera. Habría que comenzar a responder preguntando ¿Lo correcto para quién? Lo que está bien y es perfectamente válido para ti, puede ser un gran error para mí.

¿Qué debería hacer?

Otra de esas tediosas preguntas sin respuesta que te obligan a desarrollar ideas con lógicas aplastantes, el problema en este caso es que cada motivo argumentado, encuentra su contrapunto y la discusión se torna un laberinto de infinitos “y si”.

En esta encrucijada me encuentro en este momento, a un lado un futuro laboral, al otro un mundo de conocimientos y un papel y en medio sólo yo, necesitando una decisión, una solución al conflicto un “happy ending”.

Pero ¿Y si…?

jueves, 9 de agosto de 2012

Devastador

Devastador es el sentimiento que te provoca el continuo rechazo.

Me explico, llevo meses buscando trabajo, es difícil encontrar una buena oferta mientras esquivas las miles de campañas veraniegas de teleoperadoras. Nunca echo currículums por echar, es decir, no echo un órdago y apuesto por todas las candidaturas, selecciono las que considero que puedo hacer bien, que soy apta, que si me dieran la oportunidad, quedarían satisfechos...

Rechazada, es la palabra que más veces leo, además en mayúsculas y en rojo, como riéndose de mí, como insultando a mi ego.

Hoy me he aventurado a echar currículums de dependienta. Nunca lo había hecho, pero dado que me rechazan en los campos en los que tengo experiencia, he decidido ampliar el campo (sin ir a saco, me reitero en que soy selecta a la hora de elegir), al fin y al cabo tengo experiencia cara al público y compro mucha ropa, tan mal no puedo hacerlo... pues la primera en la frente.

No hace ni cinco minutos que completé una especie de entrevista online (¡con psicotécnico incorporado!) bastante satisfecha del resultado, es una tienda que me encanta y de la que siempre hago propaganda (gratis). Estaba casi segura de que me llamarían, por lo menos para hacer la entrevista, y entonces ¡Zasca! (o "¡zas! en toda la boca", a gusto del lector) un email nuevo en mi bandeja de entrada, veo que el remitente es ESA tienda, y sonrío ¿tan fácil ha sido? me pregunta mi vocecilla interior... No, claro que no.

Abro el correo y lo leo con atención:

"Estimado/a ********,  (hasta aquí vamos bien)

Nos ponemos en contacto contigo para agradecer tu reciente candidatura para el puesto Dependiente.  (bien, esto pinta bien)

Hemos recibido gran cantidad de solicitudes para este puesto (oh, oh)y ha habido candidatos que encajan más con el perfil que estamos buscando. (trollface) Por tanto, lamentamos comunicarte que tu solicitud no ha seguido adelante en el proceso de selección. (CRACK - mi ilusión hecha añicos)

Y bla bla bla"

(¡¡Nooooooooooo, malditos!! ¬¬) Ahora ya nunca podré volver a esa tienda (mi tienda favorita) con la misma ilusión.

Maldita sea, por mis conocimientos de la tienda era la que más posibilidades tenía, y no han tardado ni cinco minutos en descartarme, y les ha sobrado tiempo... Por lo tanto esta semana no abriré el email, no me apetece encontrarme con una retahíla de RECHAZADA o DESCARTADA. Lo peor de todo es que esto ya me pasó en una tienda de muebles Sueca (no diré el nombre, que está mal visto hacer propaganda) que también me encanta, mi casa es un catálogo de esa tienda, con toques de otras.

Estoy cansada ya, les descarto yo. No tienes experiencia, dicen algunos. No, claro que no, y si nunca nadie me da la oportunidad de tenerla nunca la tendré. ¿Alguien confió en ti cuando empezaste? Qué suerte, ahora hay tantos candidatos que no merece la pena confiar en la gente, para qué, si das una patada a una piedra y salen 100. En mí confiaron hace años... lo que consigo ahora es porque me lo gano, pero... si no consigo nada... ¿será que no me lo he ganado? Tendré que meditar sobre ello.

En fin, cansada y malhumorada no tengo nada más que añadir. Así que: FIN

lunes, 30 de julio de 2012

Estos días como hoy

Esos días que te levantas y piensas en el pasado, el presente y el futuro.

Que te sientas en el borde de la cama intentando reunir fuerzas para afrontar un lunes más mientras tu cabeza aún divaga con pensamientos y recuerdos y las letras de las canciones se enmarañan en tu mente tratando torpemente de expresar lo que sientes.

Una vez leí que cuando estamos tristes escuchamos canciones tristes porque buscamos comprensión. Tal vez cuando estamos tristes pensamos triste porque intentamos comprendernos.

Son laberintos de contradicciones y locuras transitorias, son esas ganas de escapar de todo y no poder. Son esas mentiras que nos repetimos con la esperanza de que se tornen ciertas.

http://www.youtube.com/watch?v=49yBfdp_2jo

jueves, 26 de julio de 2012

El visitante nocturno

Me hallaba yo tumbada en la cama, luchando sin ropa contra el pegajoso calor de las noches de Julio en España, intentaba en vano encontrar una postura, un recoveco del colchón en el que hallar frescor.

De repente un terrible estruendo desgarró el cielo que se rompió en cientos de gotas de agua precipitándose contra el suelo. El viento comenzó a soplar refrescado por la lluvia y la tierra revivió oliendo a campo y a húmeda. 

Las puertas de mi balcón se abrieron de golpe, sobresaltándome, y aún con la persiana cerrada, él entró. Acarició todo mi cuerpo erizando mi piel y mi pelo, un aire frío y suave como una brisa marina, el mejor amante que podía desear esa cálida noche.

Me dejé llevar por las sensaciones y caí presa del sueño en brazos de Morfeo. La lluvia arreció fuera y las calles se llenaron del eco de los feroces truenos. No sé cuando ni cómo mi visita amainó y se marchó de mi cuarto. 

Por la mañana el agua también se había ido, no había ni rastro de nada, el cielo se había recompuesto y lucía preciosas nubecitas dispersas y blancas, sin embargo algo aún perdura en los rincones sombríos, su olor, su frescor... El regalo que mi visitante nocturno me dejó.

lunes, 16 de julio de 2012

Rutina

Amarga vuelta a la vida real.

Trabajo atrasado, papeleos, llamadas, envíos, caos! Con lo feliz que estaba yo en Toledo...
Las vacaciones deberían ser eternas, que haga clic en me gusta el que esté de acuerdo. Pasas unos días relajado, sin preocupaciones, sin más quehaceres que disfrutar del paso del tiempo. Y de repente, se acabó, amaneces con el taladrante sonido del despertador, y las vacaciones parecen lejanas, un sueño. 

Parece que los relojes y el mismo tiempo se confabulan en tu contra para hacer que pase extremadamente lento en el trabajo y demasiado deprisa en el descanso. Así, sin previo aviso (o con un aviso muy vago) lo bueno se acaba. Pero, ey, todos sonrientes, que no pasa nada. Habrá más vacaciones, de momento, las últimas toca atesorarlas.

En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero olvidarme, disfruté como una enana recorriendo sus parajes. Y en una ciudad de Castilla, que rima con ahora, y que no se ganó en una hora, pasan los minutos mientras trabajo, y no me inmuto!!

Porque las vacaciones, duren lo que duren, siempre son cortas: ¡exijo que se invente una máquina del tiempo ya! Que se pare el resto del mundo, que deje de girar, y así elegir un momento y disfrutar, disfrutar, disfrutar...

lunes, 9 de julio de 2012

¡Qué movie-da!

Si os digo que he pasado la noche entera montando un fiestón de espanto en mi casa, no os miento. Solo que lo he hecho sin salir de mi cama: una peli mala + un par de cigarros = mi mente divaga.

Ha sido un sueño vívido de lo más movidito, así que claro hoy, lunes (odio los lunes), estoy super-cansada. 
Tal ha sido el desfase que incluso me extraña y me sorprende no tener resaca, o agujetas... XD
Noche desenfrenada... esta mañana estaba tan enredada en las sábanas que he tenido que pelear con ellas para desatarme y poder salir al mundo. 

Pero lo pasé bien, muy bien. Diría que hasta demasiado bien, pero nunca es demasiado. Además la casa no está destrozada, no he roto la cama, y eso es un puntazo. 

Es una pena que los sueños no se puedan compartir... ;-P

domingo, 8 de julio de 2012

Hey! we're going to Ibiza!

O eso intento, porque si yo quiero ir, y alguien no quiere que vaya...
¿¿Debería quedarme en casa y ceder a su chantaje emocional o irme y pasármelo genial??

jueves, 28 de junio de 2012

Reducciones

Es maravilloso trabajar. "Te ha tocado la lotería" dicen algunos. Será verdad, supongo. 

La cosa es que yo no me siento tan afortunada ahora mismo, no sé si será porque en la reunión de personal de esta mañana nos han dicho que a algunos nos bajan el sueldo y a algunos otros nos reducen la jornada (con la consiguiente reducción de sueldo), o porque hace mucho calor y no va el aire acondicionado, pero afortunada, lo que se dice afortunada, no me siento.

Claro que puestos a elegir, no sé ni qué prefiero, si que me paguen menos por el mismo trabajo o que me paguen mucho menos por trabajar un poco menos. Aunque es verdad, que tampoco me puedo quejar de volumen de trabajo este mes,  a ver, luego vendrán las prisas los agobios y las montañas interminables de documentos, pero en lo que va de mes, puedo decir que: me he tocado los güebos (huevos, para los puristas de la lengua). Pero ojo, no por elección propia, que todo lo que he tenido que hacer lo he hecho, no es cuestión de vagancia, es que si no me dan nada para trabajar, tampoco me lo voy a inventar, ¿no?

Eso sí, el jefe ha dicho que hay dos personas en toda la empresa: DOS que se salvan, así que aún hay esperanza para mi. Al fin y al cabo hoy no hay trabajo, es festivo, y aquí estoy, por si suena el teléfono.
¿Seré yo una de esas dos personas? La semana que viene nos dicen que han elegido que nos toque, siempre teniendo en cuenta nuestra situación personal, vamos, lo mejor para nosotros, ya puestos a jodernos, pues que nos duela menos. El caso es que dos suertudos/suertudas van a conservar sus horas y su salario. ¿No es estupendo? 

No sé... ¿Debería cruzar los dedos?

martes, 26 de junio de 2012

Esa oscura sensación


Esa oscura sensación que te incita al mal cuando te han dicho que sólo trabajas de mañana, y de pronto insinúan que quizás no. Es similar al sentimiento que te provoca un profesor que te suspende un examen en el que te has dejado el pellejo y el tiempo estudiando. Es la angustia de la incertidumbre del no saber, por unas simples horas. Es mi naturaleza vaga poniendo el grito en el cielo desalentada. Es la voz de mi juerguista interior reclamando fiesta. Es que hace mucho calor y yo quiero echarme la siesta.

lunes, 18 de junio de 2012

Pasados por agua

Hartos del tedio de la rutina semanal, mis amigos y yo decidimos huir de la monotonía de la ciudad con una breve escapada a la playa, ya desde por la mañana soñábamos con la brisa marina y las toallas sobre la arena.
Teníamos clarísimo que las tres horas de viaje hasta la playita de Suances merecían la pena. De viaje por Castilla, estábamos aún más convencidos de que nos esperaba un magnífico día de playa, el sol calentaba y el aire no parecía estar por la labor de moverse.
Según nos íbamos acercando al norte, iban apareciendo algunas nubecitas y bancos de niebla, a los que con gran optimismo, no prestamos atención, convencidos de que serían nubecitas aisladas que se dispersarían a medida que nos acercásemos a la playa.
Por fin tras tres horas de debate político-económico (y, estoy segura de que, un poco ilegal) arribamos a nuestro destino desde el sur. Como nos habían advertido las nubes previas, en Suances diluviaba, rápidamente comprobamos el tiempo con estas tecnologías modernas de hoy día (ya que si no fueran de hoy día, no serían modernas) para asegurarnos de que no fuera más que un chubasco débil, pasajero y especialmente aislado. Nuestro gozo en un pozo al ver en la pantalla del Smartphone una lista con las horas del día junto  dibujos de nubes con gotitas.
¿Y ahora qué hacemos? Vestidos con chanclas y look de playa, con ropa fresquita y sin paraguas la opción era clara: Tomar unas rabas y unas cañas en el bar cercano al faro. “¡Al menos que no se diga que hemos venido para nada!” debimos pensar al unísono.
Con el estómago lleno y la piel congelada decidimos que la mejor opción era cambiar de playa y dado que en Cantabria llovía, qué mejor que poner rumbo a la montaña palentina.
A medida que nos alejábamos de la playa, el termómetro del coche iba subiendo y las nubes desapareciendo y quedándose a nuestras espaldas. Hora y media más tarde, con las tripas rugiendo y al grito de “Que ya escampa, que ya escampa” llegamos al pantano de Aguilar de Campóo. Nada más llegar algo bueno: hacía sol.
Instalamos nuestras posaderas en la mesa más alta del merendero, estaba claro que no íbamos a ser menos. Pero el viento pudo más que el orgullo y acabamos trasladándonos a la mesa más escondida, el hogar de las soberbias moscavispas. (Si sabéis lo que es un abejaonejo podéis imaginar a qué me refiero.)
Ignorando el azote del viento decidimos plantar nuestras toallas junto a la orilla del pantano, en una zona rocosa y no muy transitada, e incluso estábamos decididos a bañarnos, decisión que cambiamos inmediatamente después de meter el dedo gordo del pie en la gélida agua.
Tres horas después decidimos que habíamos tenido suficiente y que ya estábamos lo bastante morenos, o al menos lo bastante llenos de arena como para recogernos, total ya no hacía aire, había salido el sol y habíamos descubierto la zona de playa en la que había gente en el agua, y nosotros habíamos venido a tomar el viento.
Lié a mis amigos para ir a ver a otros amigos que viven cerca de Aguilar, por aquello de aprovechar el viaje. Y tras una cálida recepción y un cóctel de bienvenida con ruta turística por la mansión de madera (un lugar encantador con un olor único y una especie de magia que casi te atrapa, aunque lo mejor son los habitantes, tanto humanos como animalillos peludos) decidimos poner rumbo a casa, total teníamos el tiempo justo para una ducha, una cena rápida y a la calle que es sábado y toca marcha.
Después de un atropello sin fuga y una breve pateada (digo pateada porque aunque fue un trayecto corto, yo estaba ya demasiado cansada) llegamos al cumpleaños al que habíamos sido invitados, una fiesta multitudinaria con una música un tanto… extraña. Muchos brincos, caras de vergüenza ajena, risas y guasas y muchas anécdotas y batallitas después por fin decidimos arrastrarnos hasta una terraza tranquila para acabar la noche con un buen cubata.
Definiría el sábado como un día chulesco muy completo, estoy segura de que no todo el mundo se va a Suances a comer rabas y a tomar el sol a la montaña, pasando por dos cumpleaños, sin olvidar la terraza.
Gracias amigos.


viernes, 15 de junio de 2012

La fantástica mutación del agua verde

Estaba yo el martes en mi oficina, cuando en un golpe de calor me asedió una sed terrible, subí entonces las escaleras y como siempre cogí agua del dispensador y volví a mi mesa.
Me hallaba yo trabajando duramente cuando compañero bajó y me dijo “¿Has visto el agua de arriba? ¡Qué ascazo! Pobre del que beba…”  “¿Qué le pasa al agua?” contesté yo mirando el recipiente vacío donde antes estaba “el agua de arriba” mi compañero respondió entre risas “Pues que está verde, ¿no te has fijado?” mis labios se curvaron con disgusto “No, no me he fijado” confesé “Y además he bebido” añadí.
Mi compañero me miró entonces con una especie de compasión y sorna, mientras yo me dirigía inmediatamente a comprobar el estado de aquel líquido, para mi espanto era cierto, el agua estaba verde. Quise pensar que era la botella, teñida por el polvo y el sol, pero a media tarde mis tripas empezaron a enfurecerse.
El líquido verde había evolucionado en mi estómago hasta convertirse en una bacteria “descomponedora”. Empecé a encontrarme realmente mal, síntoma que nadie más parecía compartir. ¿Sería psicosomático? El hecho es que a mis delicadas tripas nunca les han gustado las cosas en mal estado, siempre se inquietan.
Supuse que se me pasaría en un rato, pero ya han pasado tres días y el proceso de infección sigue su curso, cada vez más cansada y deshidratada y no puedo evitar preguntarme… Si el agua era verde… ¿Me convertiré en un zombie? El hecho de que ninguno de mis compañeros de trabajo se haya infectado… ¿Querrá decir que ya son zombies, o humanoides en proceso de transformación?
Quizá sí, quizá la sustancia verde del agua fuera una especie de droga para mantenernos a todos trabajando sin movernos frente al ordenador. O quizá simplemente, el agua estuviera mala, yo me puse mala, y esto no sea más que una divagación producto de una locura transitoria.

jueves, 14 de junio de 2012

La rebelión de los cacharros


Ayer tuve uno de esos días perezosos que todos tenemos a veces, fui a la cocina y vi los cacharros sucios almacenados en la pila, una vocecilla interior me dijo: Friégalos ahora, luego te dará más pereza. Sin embargo otra vocecilla interior a la que hice más caso me dijo: Ya lo harás mañana.
Así que hoy, al llegar de trabajar y entrar en la cocina, allí estaban esperándome, mirándome con desdén desde el fregadero. Me dispuse a fregarlos y todos se pusieron contra mí, el cuchillo más afilado decidió escurrirse intentando cortarme, pero me zafé.
Los vasos decidieron inclinarse intentando tirarme encima los platos, pero logré sujetarlos a tiempo. Entonces los enjabonados cubiertos cayeron sobre mis manos para golpearme, pero esquivé el golpe, y por fin, durante el aclarado, todos parecieron rendirse. Había ganado.
Y ahora, tras una batalla épica, y con el sabor de la victoria aún fresco disfruto del triunfo recostada en el sillón de la gloria, escribiendo mi gesta para los anales de la historia.