jueves, 29 de noviembre de 2012

Naïs

Nunca me ha gustado la ciudad en la que me veo obligada a vivir. Tampoco me gusta la vida - por llamarlo de alguna manera - que llevo, ni el papel que tengo que interpretar.

He fantaseado con la idea del suicidio muchas veces, pero mi condición de inmortal me arrebata ese privilegio romántico reservado a los frágiles humanos.

Soy una exterminadora. Los mortales han aprendido a reconocernos y temernos. Extraño los tiempos en los que se podía pasar desapercibido entre ellos y disfrutar de los pequeños placeres de los que disfrutan ellos.

A menudo sueño que soy humana, que algún día, moriré como ellos. Una vez amé a un mortal, pero me abandonó cuando descubrió lo que era y tuve que eliminarlo. Aún no he logrado superarlo. Se supone que no debemos tener sentimientos, somos miembros de la Armada Inmortal, somos los encargados de mantener el orden y eliminar a los sujetos discordantes. Mi escuadrón tiene asignada una gran zona, se supone que hemos de patrullar por las calles y vigilar. A mi me aburre, con demasiada frecuencia me descubro contemplando el lugar donde una vez fui feliz con un hombre o espiando a un grupo, una pareja o una persona concreta. Me fascinan.

Físicamente somos iguales que ellos, el mismo aspecto, los mismos gestos. Pero nosotros no podemos sentir, estamos huecos o rellenos de cables y chips. Me sorprende que nuestros jefes sean también humanos. La última vez que intenté suicidarme les oí decir que yo tenía algún fallo, pero según ellos debía estar reparado, no podían entender qué me ocurría. Yo tampoco lo entiendo.

Ahora soy una fugitiva. Mi propio escuadrón intenta eliminarme. Al parecer soy una amenaza, algo que se sale del rígido sistema que han instaurado durante el paso de muchos años.

Sé que sólo soy una máquina, una cosa, un "it", pero desde el día en que lo eliminé a él, y puede que desde antes, descubrí que podía sentir. La solución fácil sería dejar que me atraparan, un reseteo o una desconexión y solucionado. Sin embargo, algo dentro de mí - puede que un cortocicuito, no lo sé - me empuja a huir. 

Siento que él no merece que me deje morir. Creo que si yo desaparezco él desaparecerá para siempre y esa idea me parece algo atroz. Hace poco descubrí un sentimiento nuevo, venganza. Sé que fui yo quien acabó con él, mis propias manos fueron las que le arrebataron la vida y su último aliento fue para mí. Ya no quiero matar mortales, quiero exterminar a la Armada Inmortal y haré lo que sea para llegar a tal fin.
Pero quizá debería haber empezado por el principio:

Mi nombre es Naïs...




    Piensas que no eres un romántico, que la vida te ha dado muchos palos y has aprendido a sobrevivir siendo duro, dejando que la vida pase de largo mientras te empeñas en ignorarla.

    Y entonces una mañana te despiertas y te das cuenta de lo mucho que extrañas su sonrisa, su voz, su olor. Ese aroma de piel sudada y perfume que te embriaga cuando está cerca, que permanece en su almohada aunque ya no esté en ella. Y te das cuenta del engaño, descubres que es demasiado tarde para alejarte de un fuego que te quema, pero no importa.

    Podría ser cualquiera, pero es esa persona, esa y no otra, la que te desvela, su mirada, su inocencia, su personalidad, y te das cuenta de que no puedes vivir sin ella, da igual cómo, da igual dónde, pero con ella. 

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Ahora me toca a mí

"Ahora me toca a mí" - susurró él con una dulzura apasionada. 

Sin apartarse de ella, sin siquiera salir de su turbado cuerpo, que aún se estremecía de placer bajo el peso de su ser, comenzó a acelerar la cadencia de sus rítmicos movimientos, y ella ruborizada por el éxtasis que acababa de experimentar se aferraba con fuerza al cuerpo desnudo de su hombre.

Con cada acometida él se aproximaba más y más al orgásmico desenlace arrastrando con él a su amante, quien involuntariamente hincaba uñas y dientes en la carne de aquel que la hacía enloquecer en su romántico y frenético encuentro.

Por fin él llegó al clímax y una cascada blanca y brillante emanó de su sexo rociando el cuerpo de la mujer que le tenía por el hombre de sus sueños.

"¿Te gustó?" - preguntó ella tímidamente

Él la miró y la dedicó una dulce sonrisa, sin mediar palabra acercó a la mujer contra su cuerpo, la besó con ternura y la abrazó con fuerza mientras ella se acurrucaba en su pecho.

Pasaron largo rato tendidos sobre el lecho, sin mediar palabra, atesorando momentos, hasta que ella habló de nuevo.

"¿Y ahora, a quién le toca?"

martes, 27 de noviembre de 2012

.

Y de pronto todo se desvanece y se queda en nada,
y un vacío y un eco de algo que nunca sucedió te llena el alma
Esa sonrisa que esbozabas es ya una mueca apática
y el brillo de tus ojos se lo dan ahora las lágrimas
Ese creer que eres cuando en realidad no eres nada
Ese creer que importas, cuando eres secundaria.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Loto

En la gruta del loto morado
siguiendo el canal del río embrujado
un encuentro sobre un lecho apasionado
y un amor, con un beso sellado.

Un deseo ardiente consumado
con un amante loco y hechizado.
Locura que me ha hipnotizado
en la gruta del loto morado.

Poema sin nombre

Esa noche junto a ti creí morir
luego llegó el día y se burló de mí.
Las luces del cielo rosa y carmesí
me devuelven a una rutina fría sin ti.
Aún recuerdo aquellas noches sin dormir
donde las horas eran mares de caricias sin fin.
Cuando no existía nada más que tú sobre mí.




martes, 13 de noviembre de 2012

La chica de los ojos cambiantes

Es una chica normal, común, del montón.

Una chica sin nada especial salvo el color de sus ojos, esos ojos de color indefinido y cambiante que varían según la hora del día y de su humor. Nunca nadie, ni siquiera ella misma, se ha molestado en fijarse qué significa o por qué o cuando se produce el cambio de color, pero no la importa.

Sabe que cuando se despierta pensando en él, el color es más verde, más hermoso. No sabe por qué, ni tampoco si tendrá algo que ver, pero la gusta pensar que sí, la gusta pensar que refleja lo que siente en sus ojos.

La chica de los ojos cambiantes sueña con evadirse de la realidad, la gusta menos el mundo cuando él no está cerca, es más anodino, más mediocre, más gris y más aburrido.Quiere llegar a casa y encontrar entre sus brazos cobijo de la vorágine de la rutina. 

Ella quiere que juntos puedan jugar al escondite con el tiempo, y quiere que sus ojos se pinten de colores para expresar sus sentimientos. 

Pero la chica de los ojos cambiantes tiene miedo, miedo de que las ilusiones se las lleve el viento, miedo de despertar y ver sus ojos negros, miedo de que todo haya sido un sueño.


lunes, 12 de noviembre de 2012

¿Y si un vampiro mordiera a un zombie?

Ésta es la pregunta planteada por una amiga mía, y que he intentado responder en mi mente...
Un vampiro es un ser "inmortal" que bebe sangre (preferiblemente humana) y con super-fuerza, aversión a la luz solar y, según las pelis, generalmente bien parecidos y una forma de muertos vivientes.
Un zombie es un ser "inmortal" que come carne (preferiblemente humana) y con super-fuerza, indiferencia a la luz solar y, según las pelis, físicamente desagradables putrefactos y a cachos, y por supuesto, una forma de muertos vivientes.

Si un vampiro te muerde y no te seca, te conviertes en vampiro, si un zombie te muerde y no te come entero,  te conviertes en zombie.

Los vampiros se regeneran, los zombies se pudren.
Hasta aquí todo aclarado.

Entonces, si un vampiro mordiera a un zombie... ¿Tendríamos un vampiro zombie y un zombie vampiro? ¿En qué derivaría eso? Quiero decir, ¿dos nuevas razas de criaturas devora-humanos? ¿En qué cambiaría un vampiro convertido en zombie? Quizá sería resistente a la luz solar como los zombies, y caminaría como en el videoclip de thiller. ¿Y un zombie convertido en vampiro? ¿Se regeneraría? ¿Sería resistente a las balas?

Pero claro, eso si en la transformación se quedan con lo guay del otro, pero ¿y si no? ¿Y si el vampiro zombie se vuelve medio lelo?, ¿y si se le caen cachos y no se regenera? Sería como una cosa paliducha y vieja con mirada perdida y cachos colgando dando vueltas sin sentido. ¿Y el zombie vampiro? ¿Le afectará el sol?¿Huirá del ajo?

Si tomamos como referencia las últimas pelis que se han hecho... Si un vampiro muerde a un zombie... ¿Se convertirá el zombie en una masa de carne putrefacta que brilla con purpurina si le da el sol? ¿Se podrán combatir con desmaquillante en las horas del día? Y si mezclan mucho y las cosas salen al revés... ¿Habrá que temer a los zombies de noche y a los vampiros de día?

Es una pregunta demasiado compleja para poder respondida a la ligera. Necesita seria meditación y consideración, puede que algún día halle la respuesta y te conteste, amiga. Hoy desde luego, no.

** Nota del 13/11/2012: No discutáis sobre esto con personas de nivel friki superior, os darán razones (con lógica meditada) de por qué no pueden pasar ciertas cosas. Y dejan tu lógica no meditada aplastada, no mola. Discutid con gente con un nivel similar de frikismo, es más diver.

viernes, 9 de noviembre de 2012

El señor de mi casa

Y el deseo se filtra por los poros de mi piel
mientras mis labios ansían probar tu miel
y espero impaciente a que llegue a la hora
de verte de nuevo y enroscarme cual boa.

Sólo quisiera poder poseerte
hacerte mío y dejarte inerte
sentirme tuya, poder morderte
despertarte y complacerte.

Sé por siempre el señor de mi casa
el único habitante de mi alma
tú, el dueño de mi mente
tú, mi pensamiento latente.


miércoles, 7 de noviembre de 2012

Corriente

Se levantó, podía ser un día cualquiera, podía ser hoy.

Hacía mucho frío entorno a ella. La soledad le pesaba, se sentía triste, vacía. No lograba comprender cómo había llegado hasta el punto en el que estaba.

Con pesadez comenzó su rutina, abrió el grifo de la ducha y el eco del agua cayendo se convirtió en sus propias lágrimas y mirando en el espejo su propia cara dejó que su mente pensara.

Había intentado dejar que todo fluyera, que llegara a donde tenía que llegar, y era lo que había pasado. No se arrepentía de las decisiones que la habían llevado hasta allí, pero a veces miraba hacia atrás y se sentía desgraciada. Echaba de menos los momentos vividos, pero sobre todo, echaba de menos al amigo con el que siempre contaba.
Sabía que en algún momento que no lograba encontrar en su memoria todo se había roto, y desde aquel mismo instante inexistente nada había vuelto a ser lo mismo. Sin embargo, una parte de ella se alegraba, se sentía liberada.
Esa parte alegre iba ganando cada vez más terreno en su día y día aunque algunos días la vencía la morriña.
Cada persona con la que hablaba, cada sonrisa recibida, cada minuto regalado la llevaban a un nuevo estado, a la expectación del qué pasará mañana, al querer saber en qué desembocará su nueva historia, al querer querer de nuevo y ser amada. Al despertarse y ver su cara.

Seguía haciendo frío alrededor y su mirada, como todo lo demás, seguía empañada. Se sentía culpable por no estar más herida tras el naufragio, por no estar hundida en su propia desgracia. Pero el sol empezaba a brillar fuera de la casa y dentro de su alma.

Todas las palabras bien y malintencionadas se arremolinaban en su cerebro, sabía lo que esperaban de ella, pero sentía que sólo los peces muertos siguen la corriente del río y ella, aunque aún fría, se sentía muy viva.

Limpió el vaho para volver a ver su reflejo y se dedicó a sí misma una gran sonrisa, se miró a los ojos y se dijo: Buenos días.

Pensamientos

Y se empeñan en confrontarse entre sí
en encontrarse en mi laberinto gris
en arrastrarme hacia la salida errónea
se empeñan en volverme loca.
Yo me niego a seguirles el juego
pero ellos insisten de nuevo
no quiero pensar, no puedo
cada uno me martillea desde dentro
Y ¿qué puedo hacer si ya no puedo?
¿Qué debo hacer si ya no quiero?

lunes, 5 de noviembre de 2012

Lunes

Lunes.
Todo (o casi todo) el mundo les tiene manía a los lunes. Yo también.
¿Por qué? 
Bueno, yo no sé por qué la gente odia los lunes, puede que sea porque precede al martes, pero yo creo que es más bien porque sigue al domingo. Porque es inicio de la semana laboral, la vuelta a la rutina, al coge el teléfono, sonríe y sella. 
Tal vez sea mi afición a cierto gato naranja perezoso y gordo amante de la lasaña cuyo odio a los lunes es legendario, quizá se me haya pegado porque estoy segura de que las manías se contagian.Quizá no, no lo sé ¿a quién le importa?
Lunes. Así en principio y de vacaciones, no se me antoja un día especialmente malo. Es más, me parece un día genial, los lunes de vacaciones son incluso mejores que los sábados, creedme. ¿Por qué? Te levantas tarde, es lunes y el despertador no ha sonado, ya solo por eso amaneces sonriendo.Se ha acabado el finde, pero para ti no. Miras por la ventana y tu parte mala, tu diablillo, se regodea observando a los pobres infelices que van a trabajar, en lunes.
Hoy es lunes y aquí estoy, en un rato muerto en el trabajo, no debería quejarme, supongo. Pero sólo puedo pensar una cosa: un poco más y será martes, un día menos para el finde.

viernes, 2 de noviembre de 2012

A mi sol radiante

Hace ya años que te fuiste
y te recuerdo como ayer
tu sonrisa cómplice
y tu arrugada piel.

Mi más fiel compinche
mi gran amigo,
mi abuelo y mi abrigo.

Con tu corona de canas
y tu voz dulce aunque ajada.
Recuerdo los paseos de campo
mientras mordías brotes de parra.

Pícaro desdentado,
piropeador innato,
besucón y cuentacuentos.
Te echo de menos, abuelo.